NO compres masivamente. Nos han inundado con imágenes de gente saliendo de supermercados con carros llenos, gente casi luchando por el papel higiénico o por la harina. ¡Esto es un error! Y grave, además. El Gobierno ha asegurado el abastecimiento y, es más, en un país como España que además se encuentra integrado en la Unión Europea es casi imposible que ocurra un desabastecimiento general. Por tanto, comprar compulsivamente solo sirve para pasar por alto precios, ofertas, fechas de caducidad, etc… Vas a consumir lo mismo o deberías hacerlo. Por tanto, si tu gasto a la semana es de tres cartones de leche o media docena de huevos comprar de más solo te podrá servir para que esto caduque y sea un gasto innecesario. Regula tus compras, selecciona bien los productos, no te vas a quedar sin ello, tarde o temprano habrá lo que ahora no encuentras, además si todo el mundo compra llegará el día en que no necesiten y entonces será tu momento.
Cuidado con los asaltos al frigorífico. Pasar mucho tiempo en casa, puede provocar momentos de aburrimiento que quieras saciar con la comida. “Picar algo”, ir una y otra vez a coger algo de comer, aparte de no ser sano, puede implicarte un gasto descontrolado, además solemos elegir snacks, dulces o similares que resultan ser productos más caros que por ejemplo una pieza de fruta. Intenta evitar este comportamiento, cada vez que te den ganas de comer entre horas busca algo que hacer.
A raíz de lo anterior, otra de las causas por las que querer “asaltar el frigorífico” puede ser la de hacer más deporte, aunque estemos en casa por disponer de “más” tiempo. Si el cuerpo no está acostumbrado una vez que realices deporte te entrarán unas ganas tremendas de devorar el frigorífico, los deportistas saben de sobra de que hablamos, contrólate. Esto no quiere decir que si necesitas comer algo o te encuentras algo flojo de fuerzas no lo hagas, pero tampoco incumplas la regla anterior, a ver si lo que te vas a ahorrar en un gimnasio lo vas a gastar en comida compulsiva.
Cuidado con los suministros, electricidad, teléfono, agua, gas… Mucho tiempo en casa significa a veces descuidos o hacer cosas sin pensar lo que implica. Si nos pasamos el día en casa ya de por sí implica un aumento del gasto en electricidad, por ejemplo, y más si teletrabajas, pero si te pasas el día en casa y vas dejando luces dadas, te preparas una bañera cada día para matar el aburrimiento, llamas por teléfono, consumes datos sin tener tarifas adecuadas o tienes la calefacción todo el día encendida aun sin ser necesaria, te implicará un gasto mayor de lo que te imaginas. Controlar todo esto es esencial para que a fin de mes no nos llevemos un susto con las facturas.
Ajusta tus tarifas, las tarifas de los suministros generalmente se pueden modificar, estudia bien esto, si tienes una tarifa de móvil con muchísimos datos móviles, pero no vas a salir de casa donde tienes wifi ¿para qué los necesitas? Si tu compañía te deja modificarlo quizás podrías aprovecharlo y seguro que te supondrá un pequeño ahorro o al revés, si estás en casa y tienes pensado llamar mucho por teléfono quizás te convenga adaptarte una tarifa con minutos de llamada ilimitados. Por otro lado, en el suministro de electricidad suele existir distintas tarifas dependiendo de las horas a las que se haga mayor carga de consumo, ten en cuenta esto para adaptarla o adaptarte tú a ella.
No hay fútbol, ni otros deportes, ni eventos culturales, en general, se ha parado todo el ocio, por tanto, ajusta también esto, si estás pagando suscripciones para poder ver el fútbol o deportes en general, si tienes algún tipo de suscripción a programas de ocio (cine, teatros, museos etc…) o si has pagado el mes del gimnasio o incluso el año intenta negociarlo, intenta que no te cobren este tiempo donde no estás aprovechando el servicio por causa de fuerza mayor, que te aumenten el plazo de suscripción o las condiciones o que te hagan algún tipo de oferta.
Por último, recuerda que, aunque no te estés dando cuenta estás ahorrando, el estar en casa todo el día ayuda a que no se propague el virus, pero tu bolsillo también lo notará si sabes gestionarlo. Se estima que el gasto de las familias en ocio está entorno al 16% anual. La tapita en la terraza, el cine o incluso los desplazamientos y la gasolina se van a ver muy reducidos y con ello el dinero que te suponen, aprovecha para ahorrarlo, no malgastes en suscripciones a plataformas que quizás ni utilices o enganchándote a juegos de pago, hay millones de cosas que hacer que no suponen coste ninguno y si ahorras ese piquito que antes te dejabas en ocio quizás cuando acabe todo esto puedas aprovecharlo para gastarlo en un viaje, en una algo que llevas queriendo desde hace tiempo o simplemente en ir recuperando todo el ocio perdido.